Los soldados del ejército romano, los “legionarios”, tenían
un gasto diario de energía de unos 5000 kcal para los que realizaban
trabajos de ingeniería y de 6000 kcal para los que luchaban
en la guerra. En la actualidad, sólo los obreros y deportistas
llegan a tales niveles de gasto de energía (Fornaris y Aubert,
1998).
Los legionarios eran capaces de soportar largas campañas de
guerra y “magnis itineribus” (marchas forzadas) sin fin, con una resistencia
increíble a la fatiga. La ración diaria de los legionarios
consistía en un 78% de carbohidratos, provenientes principalmente
del trigo y la cebada. Esta dieta tenía la ventaja de proveer
carbohidratos de absorción lenta, que proveen altos niveles
de energía y son de fácil digestión. También
proveía buena cantidad de fibra en el instestino, y podía
restaurar las reservas de energía en el organismo (Fornaris
and Aubert, 1998; Lemon et al., 1992).
Los mejores luchadores del mundo antiguo eran esencialmente vegetarianos.
La necesidad de proteínas de los deportistas que entrenan con
pesas es mayor que la de los individuos sedentarios (Limón
et al., 1992). Sin embargo, el Instituto de Medicina concluyó
que la evidencia de una mayor necesidad de los individuos físicamente
activos no era convincente, y sugirió que el consumo diario
recomendado de 0,8 g de proteína por kilogramo de peso corporal
por día era apropiado para los adultos sanos que hacen pesas
o ejercicios de resistencia (Washington, 2002).
FUENTE: http://www.uva.org.ar/gladiadoresveg.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario